Resumen
Tras la apertura de la acequia Real en 1238, el paisaje que circundó la Alhambra se configuró en un complejo mosaico de huertos irrigados, zonas de secano, pastos y bosques entre los que se encontraban diversas construcciones. Este sistema hidráulico fue evolucionando en época nazarí y se vio alterado con la regulación de dicha canalización tras la conquista cristiana de 1492. La dehesa del Generalife sufrió el impacto negativo del levantamiento de los moriscos a finales de la década de 1560. Antes ya, este entorno había sido descuidado con la sobreexplotación de sus recursos por los habitantes de Granada, lo que causó daños y deterioros. Pese a su recuperación por el hecho de regular el uso ganadero, este proceso de agotamiento continuó hasta la mitad del siglo XX, cuando un deslizamiento de tierras afectó al trazado de la acequia Real, lo que motivó la construcción de un nuevo canal, favoreciendo el abandono de la canalización histórica. Por ello, el Patronato de la Alhambra y Generalife está impulsando en el siglo XXI la recuperación y gestión de parte de los trazados de las dos canalizaciones principales de la acequia Real, así como sus valores patrimoniales y ambientales. En este trabajo se exponen los numerosos trabajos, proyectos e informes elaborados en los últimos años a este respecto, indicando los objetivos perseguidos, la metodología empleada y los logros alcanzados.
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