Resumen
Desde mis primeras investigaciones sobre Leopoldo Torres Balbás, me propuse destacar su participación en dos grandes debates de la época: la crítica arquitectónica y los criterios de restauración. En ambos debates se enfrentó con valentía al pensamiento e influencia de Vicente Lampérez Romea. Torres Balbás se opuso al «falso tradicionalismo» de quienes, con el apoyo de Lampérez, defendían la «españolización» de la arquitectura contemporánea en nuestro país. El arquitecto conservador de la Alhambra, antes de trasladarse a Granada en 1923, había escrito interesantes artículos sobre las formas de la arquitectura contemporánea, pero también criticó muy duramente el recién publicado libro de Le Corbusier, Vers une Architecture, en 1923, el mismo año de su nombramiento como arquitecto de la Alhambra. También he querido destacar la influencia decisiva que ejerció en el pensamiento de Torres Balbás la experiencia y los criterios de Jerónimo Martorell, jefe del Servicio de Conservación de Monumentos de Cataluña. Torres Balbás, un hombre inteligente y honesto, supo incorporar a su pensamiento las ideas más avanzadas en materia de conservación de la Alhambra.
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